La ciudad de Lugo,
defendida por murallas.

La impresionante Muralla de Lugo fue construida en la segunda mitad del siglo III, con una longitud de 2266 metros y está coronada por 85 poderosas torres, delimitando el casco histórico de la antigua Lucus. Ha pasado de ser un baluarte defensivo a convertirse en un elemento más de la estructura de la ciudad y su principal reclamo turístico. 

La plaza mayor.

Como en todas las ciudades gallegas cargadas de historia, el casco viejo de Lugo se merece un buen paseo. Con su forma romboidal y protegido por la omnipresente muralla, la vieja Lucus se abre en pequeñas plazas presididas por la más grande y principal de todas ellas: la Praza Maior. Es el dominio del escritor Ánxel Fole, que inmortalizado en piedra parece contemplar los edificios que forman la plaza: la Iglesia de San Francisco, el Ayuntamiento y el Círculo de Bellas Artes.

Una zona envidiable.

Si por algo son conocidas las ciudades monumentales de Galicia, como Santiago, Ourense y Lugo, además de su riqueza patrimonial es por sus zonas de tapeo que suelen situarse en el casco antiguo, así, a la vez que el visitante va descubriendo nuevas calles, plazas y monumentos, puede ir disfrutando de las deliciosas tapas de la tierra, que suelen ir acompañadas de un buen vino gallego.